Recuerdo.....

Cerró los ojos.  Aspiró el aroma del viento.  Todo olía a ella.  Cada día se le hacía más y más difícil no pensarla.  Cómo no hacerlo si se le metió en la piel y de tanto recordarla le escocía.

Recordó las curvas de sus pechos, erguidos y generosos, invitando ser tocados. La timidez de su mirada. El aprendió a conocer a la mujer ardorosa que ebullía tras esos ojos.  Fuego que una vez que quema solo deja la carne viva y caliente.

Recordó cómo se sentia su tacto.  Sus manos tocaban su antebrazo y él con solo mirarla ya comprendía lo que quería decir: Ven amor mío, amémonos.  Cerró los ojos.  Y el aroma del viento seguía oliendo a ella.

Se sirvió un poco de licor y presuroso tomó de él.  Con un sorbo pretendía arrastrar el deseo que le estaba quemando la garganta.  Pero era inútil.  Nada la borraría de su memoria. ¿Con quién rayos estará?.. ¿quién sera el nuevo huesped de su cuerpo?. ¿Quién cruzará los surcos de esas fronteras que tanto recorrí yo........-se preguntó angustiado....  Y con otro sorbo quiso olvidar justo la respuesta que no podía evitar......- otro que no soy yo...-

Que estúpido he sido!...  -pensó. Se había dicho a sí mismo que todo resultaría sencillo. Olvidarla sería sólo cuestión de tiempo.  Pero se equivocó de la manera más tonta posible. Se equivocaba a diario mientras la pensaba, mientras la echaba muy de menos. Pero sobre todo, más se equivocaba cuando untando su carne con sudores ajenos, más y más se le metia ella en la propia piel, convirtiendo todos esos encuentros en un verdadero infierno.

Después de todo, nada salió como había imaginado.  La amaba y para su pesar, la amaría toda su vida.




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