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Mostrando las entradas de junio, 2015

¡Sea feliz!

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Sea feliz. Procure la felicidad en lo pequeño y en lo excelso. Sea feliz, sin que ello implique joder al otro. Esa felicidad, la que acontece por joder al otro, no es redituable, más bien es una pérdida. Es solo cuestión de tiempo que usted se de cuenta de que es así. Sea feliz. De. Done. Haga el bien. No joda al otro. Sonría. Medite lo que sale de su boca. Halague. No se trague pensamientos positivos. Suéltelos! El mundo lo necesita y se lo va a agradecer. Dedique tiempo a c onocerse. Converse con usted. Conózcase! Eso le permitirá conocer sus límites y sus capacidades. Suelte un rato el celular. No juzgue al otro. No etiquete. No presuma ni suponga, mejor pregunte. Hágase su juicio, pero no esté dando opiniones negativas, sobre todo, todo el tiempo, a menos que se la pidan. Critique en privado y halague en público. Abrace. Escuche. Sea feliz. Haga el amor con sentimientos. Si lo quiere hacer solo por deporte, hágalo, igual es su problema y es su derecho. Construya

Mis hermanos de Haití

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Usted es un nacional haitiano, traído por una empresa X o por el mismo estado, a la parte de la isla que corresponde a la nación Dominicana. Viene porque lo traen. Trabaja en labores de construcción, o en las temporadas de zafra, en los ingenios azucareros. Usted termina teniendo toda una vida aquí en República Dominicana. Puede que viaje de cuando en cuando a su natal Haití, pero termina teniendo una vida en Dominicana. Llega incluso a tener familia en este lado de la isla. Usted ha trabajado por años, muchos años, para el estado, en los ingenios, y para sectores privados que realizan inversiones en el sector hotelero. Usted ya tiene más de cincuenta años en la isla. El estado nunca se apuró por regularizar su estatus migratorio, por diversas razones. Entre ellas, algunas bien obvias. Usted debería gozar de los beneficios de las leyes laborales y contar con los beneficios de la seguridad social, al ser empleado del estado y del sector privado con estatus leg

De pantallas y teclas...

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Hoy es domingo.  En mi pared pintada de verde bosque, mi reloj de plástico me cuenta que ya son las ocho de la noche, pero la reflexión que deseo compartirles abordó mi cabeza a eso de las 9:30 de la mañana, mientras hacía ejercicio a orillas de mi amado mar Caribe. Resulta que iba caminando, ya de regreso, de manera que el mar azul  adornaba mi izquierda, junto con la gruesa grama verde, el sabor salado que portaba el viento, y dos empleadas del ayuntamiento municipal que hacían su labor de limpieza y, en un momento de descanso, cada una mantenía gacha la cabeza, sumergidas en sus respectivos aparatos celulares inteligentes.  Sí.  Estas mujeres que ganan el salario más que mínimo estaban con sus teléfonos de tecnología "touch". Me llamó la atención sobre todo por el hecho de que estos teléfonos no son necesariamente baratos, aunque también recordé que las telefónicas urden toda clase de planes para atraer a más compradores cada vez, de suerte que todos, hoy en día, pueden

Deudas

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Devuélveme mis lunes, mis domingos y mis viernes! Mis 6:15 de la tarde y mi despertar con café a las 6:30 A.M. Me quedaste debiendo dos sonrisas. Tres cuídate mucho y un viaje para octubre. Y no, no soy Arjona. Solo soy una mujer que esperó y se quedó vestida. Ya me quité los zapatos. Me aprietan; ya no tiene sentido llevarlos más. No caminaremos el boulevard con el Caribe a la izquierda. Ya no habrá aquel bistro de la plaza, ni el mar a dos esquinas de tu casa. Según veo, te quedaste con mucho y me dejaste con nada. Ironías de la vida, que promete harto y saquea soledades. Que engulle sentimientos inflados de promesas y vomita insultos e improperios, de verdades confesadas en la intimidad del amor y que luego son insertadas en el estómago, a traición y dolor. © Derechos de Autor Gnosis Rivera.-

El amor que sobró...

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  Darren Moore Photography He de sentarme a pensarte.   Y mis pensamientos, huérfanos serán de ti.     Pensarte.     Tanto pensarte, hasta que te desvanezcas en la ruta.  Imaginarte.  Tanto imaginarte, hasta que te desfigures en el recuerdo.    Eso haré con las ideas que, a falta de ti, han quedado sin dueño. He de tragarme los besos no dados.  Como chocolate caliente, transitarán el estrecho espacio en mi garganta.  Y, tropezando unos con otros, harán las pases con el susto de sentir tu gusto en mi estómago.  He de masticar tus besos nonatos, hasta hacer un bolo de suplicio, que alimente las larvas en mi panza.    Futuras mariposas, destinadas a morir por falta de una historia, en las que ser protagonista. He de congelar los abrazos, pendientes de darse.   Entumecidos, mis brazos quedarán amorfos y sin sentido.   En la artritis prematura, sucedida de tu ausencia, he de medicarme con indiferencia vana.  Como vano es este intento de no desear tu abrazo.

Dispendio de besos

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No te ahorres los besos. Sabes? Ellos pueden morir de todas formas en cualquier otra piel.... Colócalos, mejor, en mi seno. Que hagan hogar en mis pechos. Suicídalos todos en mis labios. Entiérralos en mi carne, y de ellos nacerán mariposas azules, con puntitos verdes de deseo y franjas rojas de esperanza.  No. No te ahorres los besos. Ni las caricias.  Veras... tienen fecha de caducidad.  Mejor, viértelos sobre mi vientre.  Hazte un viñedo con ellos, apriétalos labio contra labio y de beso en beso, bebamos nuestro vino.  No te guardes nada, bésame y quédate a mi lado.  Solo, no te ahorres los besos. © Derechos de Autor Gnosis Rivera.-