Transición...
...había agrupado sus lágrimas y con ella se hizo una falda.
Cubriendo parte de su cuerpo desnudo, no le bastó
para calmarse el frio, ese que proviene del incierto.
Abriendo y cerrando los puños, le gritó al invierno su suerte.
El rumor de una lágrima transitó por su mejilla,
y al tocarla, una punzada de dolor hecho sangre
arropó la yema de su índice.
Le dolía, ¡sí!, mucho le dolía.
Pero también sabía que no había otra forma
de poder retornar a una primavera...
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