Burbujas



Me encontré con las manos en mi regazo. Sentada, miraba al piso y al mismo tiempo miraba a la nada. Me sorprendí con mi capacidad de siempre de ver bondad en todos los ojos, y, por causa de ello, siempre sufrir una variada cantidad de decepciones. Eché un vistazo a mis manos, habían estallado dentro de ellas un millón de burbujas que construí sola. Tú eras el millón de burbujas, y lo más curioso es que ni puedo culparte por estallar y volverte nada. No has hecho nada pues no tenias nada con qué hacer. Con la mirada fija en las manos, vi como los dedos se soltaban entre ellos y las burbujas rotas caían, mojando mis pies con escarcha plata de tonalidades ausentes. 

© Derechos de autor Gnosis Rivera​

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